martes, 24 de noviembre de 2009

Ricardo Bochini, prócer del fútbol argentino

Son contados con los dedos de una mano los futbolistas que son reconocidos y hasta idolatrados por todas las hinchadas argentinas. Uno de esos elegidos es Ricardo Enrique Bochini, el gran estratega y fabuloso asistidor que tuvo una destacada trayectoria como futbolista profesional que la desarrolló íntegramente en el Club Atlético Independiente.

Ricardo Bochini nació el 25 de enero de 1954 en Zárate, Provincia de Buenos Aires en el seno de una familia humilde. Era el cuarto de nueve hermanos y sus padres se llamaban Antonio y Antonia; en su casa, era llamado simplemente "Richard".

En su Zárate natal, siendo un niño, jugaba en el Club Estrella del Norte y luego recaló en las inferiores de Belgrano de Zárate y, según declaró alguna vez, simpatizaba con San Lorenzo de Almagro.

Sobre él, Luis Cirulli, quien lo llevó a Belgrano, contó en una oportunidad "Lo de este chico fue como una obsesión. Vivía jugando a la pelota de la mañana a la noche. Y si no quedaba ningún otro pibe seguía solo, dándole contra la pared de su casa, taca-taca... El Richard no hablaba nunca. Jugaba en su división y mientras los demás se cambiaban y se iban, él se quedaba en un costadito del banco por si faltaba alguno del próximo partido. Si llegaba a ocurrir eso, yo le preguntaba: querés entrar? y saltaba como un resorte. Habia sábados que jugaba tres partidos".

Ya en plena adolescencia, decidió ir a probar suerte a Buenos Aires. Intentó ingresar a San Lorenzo, en donde no sedujo a quienes le tomaron la prueba y, luego, probó suerte en Boca Juniors en donde tampoco fue reclutado. Su padre, relató a El Gráfico aquellas pruebas "Lo querían varios clubes, pero como él era hincha de San Lorenzo (?), igual que yo y sus hermanos, nos dieron una recomendación y fuimos a la Avenida La Plata. El técnico era Diego García, pero ni siquiera lo probaron. Lo tuvieron dando vueltas de una puerta a la otra y al final nos pegamos la vuelta para casa. Después lo llevaron a Boca, Richard dice que jugó uno de los mejores partidos de su vida, pero Bernardo Gandulla le dijo que todavía le faltaba un poco". Hasta que apareció la chance de Independiente En el año 1970 llegó a Independiente a probarse, fue observado por el célebre Nito Veiga quien, tras solo diez minutos de verlo jugar, lo aceptó inmediatamente y fue incorporado a la séptima división de las divisiones inferiores del club.

El 25 de junio de 1972 y con 18 años de edad, le tocó debutar contra River Plate en el Estadio Monumental por el Torneo Metropolitano cuando ingresó a los 78 minutos en reemplazo de Saggioratto; aquel partido terminó siendo victoria para el elenco "millonario" por 1-0.
Precisamente en 1972, integró el plantel rojo que, con Pedro Dellacha como director técnico, se coronó Campeón de la Copa Libertadores de América venciendo en la final a Universitario de Deportes de Perú. Al año siguiente, los diablos de Avellaneda repitieron el título continental al imponerse en tres partidos finales a Colo-Colo de Chile en donde Bochini alternaba entre los titulares y suplentes.

La actuación que lo consagró definitoriamente fue cuando fue titular en la segunda final por la Copa Intercontinental contra la poderosa Juventus de Italia (foto a la derecha). En ese partido, Independiente venció en el Estadio Olímpico de Roma 1-0 con gol de Bochini, tras una gran pared construida con Ricardo Bertoni, su socio futbolístico de aquel entonces. Aquella Juventus contaba con jugadores de la selección italiana como Dino Zoff y Roberto Bettega pero terminó sucumbiendo ante el fútbol y el temple copero de Independiente.

Al poco tiempo de haber empezado a jugar en la primera división de Independiente, fue adoptado por la hinchada como uno de sus futbolistas preferidos. Durante la década de los 70, se inventó una innecesaria polémica entre periodistas e hinchas argentinos sobre quien era el mejor 10 e la Argentina, si Ricardo Bochini o Norberto Alonso. A la hora de conformar la plantilla para el Mundial '78, César Luis Menotti optó por el diez riverplatense relegando a Bochini; hay que decir que Alonso no pudo ser titular ya que fue, a su vez, desplazado por José Valencia.

Un momento que quedó grabado en muchos hinchas de Independiente fue aquel memorable partido que el Rojo de Avellaneda triunfó 1-0 contra Peñarol en el mítico Estado Centenario de la Ciudad de Montevideo por la Copa Libertadores del año 1976. La diferencia en en tanteador la marcó Ricardo Bochini, tras gambeatear a varios jugadores "carboneros", hasta el arquero Walter Corbo para luego tocar suavemente hacia la red marcando un gol que fue un antecedente de aquel que Diego Maradona le marcara a Inglaterra en el Mundial México '86.

Otro momento fuerte de la historia de Bochini en Independiente fue, sin duda, aquella memorable final del Campeonato Nacional '77 que el Rojo jugó contra Talleres de Córdoba, que había formado un muy buen equipo y era elogiado por todo el país. Tras empatar 1-1 en Avellaneda, el segundo partido final se disputó el día 25 de enero de 1978 en el Estadio ubicado en pleno Barrio Jardín de la Ciudad de Córdoba, en donde el mundo futbolero presagiaba un histórico triunfo de Talleres. El partido tenía un clima enrarecido en la previa, se jugó con dientes apretados y con la mayoritaria presión de la hinchada local; Norberto Outes adelantó al Rojo en el marcador pero luego empató rápidamente Talleres por medio de Ricardo Cherini, tras ejecutar un penal que fue muy discutido. Luego los cordobeses se pusieron 2-1 con un gol de Ángel Bocanelli en una jugada en que el árbitro ignoró una clara mano de un cordobés y que enfureció a los jugadores del Rojo; tan vehementes fueron las protestas que el árbitro de aquella final, Barreiro, expulsó a tres jugadores de Independiente: Rubén Galván, Omar Larrosa y Enzo Trossero. Era tal la indignación que sentían que los jugadores del Rojo querían abandonar el partido pero fueron calmados por su técnico, el gran José Omar Pastoriza quien los convenció de seguir el partido y luchar por la hazaña. Eran ocho jugadores de Independiente contra los once de Talleres, a casi 20 minutos del final. A tres minutos del final, Ricardo Enrique Bochini volvió a ser el héroe de Independiente (¿quién otro podía ser el más indicado?) y empató el juego con un gol tras una jugada construida con Bertoni y Biondi. Como el gol de visitante valía doble, Independiente se coronó campeón argentino ante la atónita mirada de los cordobeses. Aquella noche es recordada por el "Bocha" con emoción, sobre la que dijo alguna vez "Esa fue la hora más emocionante. Esa final con Talleres fue espectacular. Con 8 jugadores salimos campeones igual".

El último gran equipo que Bochini integró fue aquel de 1984 que se coronó Campeón de la Copa Libertadores y la Copa Intercontinental. El técnico era José Pastoriza. Aquella vez, Independiente llegó al máximo torneo continental luego de consagrarse Campeón del Metropolitano 1983 quedó grabado a fuego en el corazón de la afición roja porque la consagración fue en el Estadio de la Doble Visera venciendo 2-0 a Racing Club, derrota que significó la pérdida de categoría para la "Academia". En aquel 22 de diciembre de 1983, nunca la fiesta fue tan ideal para Independiente: vuelta olímpica propia y descenso del rival de toda la vida, todo en un solo partido.

En la Libertadores del '83 arrancó en la fase clasificatoria con un grupo durísimo: Estudiantes de la Plata más Olimpia y Sportivo Luqueño de Paraguay. Luego de imponerse ajustadamentemente en esa etapa, pasó a la fase clasificatoria en donde se vio con Nacional de Uruguay y Universidad Católica de Chile. La final fue contra el poderoso Gremio de Porto Alegre, equipo que venció 1-0 allá en Brasil desplegando un fútbol de altísimo vuelo y, luego fue 0-0 en Buenos Aires, lo que significó la séptima Copa Libertadores para Independiente. Aquel equipo era brillante: tenía como director de orquesta a Bochini, más la solvencia del arquero uruguayo Carlos Goyén, la férrea dupla de defensores centrales que conformaban Enzo Trossero y Villaverde, el gran rendimiento táctico de Ricardo Giusti apuntalado por la exquisitez de un gran 5 que fue Claudio Marangoni; adelante, eran letales la potencia de Jorge Barberón y el oportunismo de Bufarini.

Ese ciclo se cerró birllantemente con la obtención de la Copa Intercontinental en Diciembre de 1984. En el Estadio Olímpico de Tokio, Independiente derrotó 1-0 al Liverpool (otro gran equipo de tradición copera) con gol de José Percudani.
El partido fue muy duro pero se impuso el carácter de los argentinos; el DT Pastoriza lo resumió genialmente en pocas palabras: "Cuando dos rivales se respetan mucho, gana el que pega primero. Y pegamos primero nosotros. Aunque ellos se nos vinieron encima, nunca alcanzaron a preocuparme".

En 1988, José Omar Pastoriza fue contratado como director técnico de Boca Juniors para romper con años de sequía de títulos. En el verando de aquel año, la Revista El Gráfico intentó una operación que paralizó los corazones de la hinchada de Independiente: el posible pase de Bochini a Boca. En un partido de verano en la Ciudad de Mar del Plata, Bochini cambió su camiseta con un jugador boquense y, tal vez sin pensarlo, se fue a los vestuarios con la camiseta de Boca puesta, lo cual quedó retratado por aquella revista y fue tapa de una edición muy vendida. Pastoriza, otro ídolo de el Rojo, intentó llevarse al Bocha a los xeneizes; ya había logrado convencer a Marangoni y Barberón pero no pudo con Bochini, quien optó por permanecer para salir campeón en la temporada 88/89 con Jorge Solari como entrenador.

Después de Hugo Orlando Gatti, Ricardo Bochini es el futbolista con más partidos disputados en primera división. Fueron 714 cotejos jugados en casi 19 años de trayectoria.

La última función de este Maestro fue el 05 de mayo de 1991 ante estudiantes de La Plata en un partido que finalizó 1-1; ya con 37 años de edad, fue golpeado bruscamente por Pablo Erbín provocándole una lesión que precipitó su decisión de abandonar la práctica profesional del fútbol. Los reflejos para esquivas las patadas arteras ya no eran los mismos; en declaraciones a Diario Clarín, el gran Bocha contaba sobre su reitro "Me di cuenta que me costaba la recuperación...Pero quería seguir, llegar a los 20 años en Primera...No jugué los primeros partidos de aquel campeonato del 91. Estaba concentrado para jugar contra Mandiyú pero murió mi viejo. Y me fui a Zárate. Al fin, volví contra Boca —ellos tenían a Batistuta y Latorre, y salimos 0 a 0, en la Bombonera...Al poco tiempo jugamos contra Estudiantes. El campo estaba resbaladizo, me acuerdo. Le amagué a Erbín y me cargó de atrás. Sentí un dolor terrible en la rodilla, en los ligamentos, en el mismo lugar que la otra, y me sacaron antes de terminar el primer tiempo...Sabía que era el final. Pero quise insistir en la recuperación. Hasta que me di cuenta que no tenía voluntad...Fue un momento muy duro". Finalmente, aquellos que son el antifútbol pudieron con aquel que fue magia pura, arte en su máxima expresión, frenética improvisación y una visión del juego única: todo en un solo jugador, Ricardo Bochini.

Bochini siempre se mostró agradecido e identificado con Independiente. Repasando sus títulos obtenidos con la 10 del Rojo, declaró "Fueron 14 títulos; 5 Libertadores, 2 Intercontinentales, 3 Interamericanas y 4 locales...Y me faltó la Supercopa, ésa que nos ganó Boca, por penales, después de dos empates..."

Después de su retiro, varios jugadores intentaron calzarse la "10" de Independiente para hacer olvidar la ausencia de Bochini pero no pudieron. Quizás en algunos momentos, Daniel Garnero hizo honor a esa camiseta que dejó el "Bocha" y, más cerca en el tiempo, Sergio"Kun" Agüero. Por características, en estos últimos años, se asemejaron a su juego Juan Román Riquelme y Marcelo Gallardo (sobre el "Muñeco, Bochini declaró: "Gallardo se parece mucho a mí. Encara, mete buenas pelotas, me gusta el Muñeco"); personalmente, el jugador que vi más parecido a Bochini es el colombiano Carlos "El Pibe" Valderrama.

En numerosas ocasiones, Diego Armando Maradona manifestó su gran admiración por el eterno "10" de Independiente. Diego no dudó en señalarlo como el gran ídolo que tuvo desde su más tierna edad. Pese a no ser del gusto de Carlos Bilardo, por expreso pedido de Maradona, Ricardo Bochini integró el plantel de la Selección Argentina que se consagró campeón del mundo en 1986.

Con la celeste y blanca, Bochini lució extralamente el número "3" en su espalda. No pudo demostrar su magia en aquel mundial, ya que solo tuvo unos minutos Casi en el epílogo de la semifinal que Argentina venció 2-0 a Bélgica. Cuentan que cuando ingresó al partido, Maradona se le acercó emocionado y le dijo "Pase, Maestro, lo estábamos esperando". Años después, en una entrevista con la revista El Gráfico, Bochini rememoró esa anécdota pero confesó no sentirse campeón del mundo porque no tuvo participación en los partidos de aquella campaña que culminó con la Copa del Mundo en manos de Diego Maradona.

La consagración en la Selección Nacional es tal vez la cuenta pendiente de Ricardo Bochini. Como se dijo en un párrafo anterior, no jugó en Argentina '78 porque César Menotti prefirió a Alonso. En el '82 tampoco fue llamado para jugar el Mundial de España, pese a estar jugando en gran nivel. Cuando Carlos Salvador Bilardo asumió la dirección técnica de la Selección Argentina, Ricardo Bochini tuvo su oportunidad en una gira europea que el equipo nacional desarrolló en 1984; el armador de Independiente jugó en gran forma pero no le sirvió para ser tenido en cuenta en las eliminatorias camino a México '86. Solo por la intercesión de Maradona, Bochini estuvo en México aunque apenas fue suplente.

El Concejo Deliberante de la ciudad de Avellaneda, en la Provincia de Buenos Aires, hizo lugar a un pedido de un grupo de socios del Club Atlético Independiente y decidió bautizar con el nombre "Ricardo Enrique Bochini" un tramo de la calle Cordero (comprendido entre Alsina y las vías del ferrocarril). Desde el 17 de julio de 2007, Bochini tiene calle, nada menos que donde reside el estadio del club.

Bochini fue siempre hincha del fútbol ofensivo y condenó a entrenadores y equipos especuladores; por eo se explica el poco feeling que tenía con Carlos Bilardo. El Bocha fue total fidelidad al Rojo, toda su carrera la hizo enteramente en el club regando su calidad en todas las canchas al punto que es sinónimo de Independiente.

No hay comentarios: